Crecimiento de bracatinga (Mimosa scabrella) a 1 año de ser plantado en una zona de restauración. Foto: Omar Trujillo.
También comprende la reforestación, pero usándola como una de las técnicas complementarias en el desarrollo de especies clave. La siembra de árboles como única forma de recuperación no siempre atrae a la vida silvestre, además de representar altos costos debido al “mantenimiento” que se le tiene que dar al sitio para no dejar que se “enmonte”.
La restauración es diferente de la silvicultura ya que no busca obtener madera. Restaurar implica la regeneración del bosque por si mismo, sin necesidad de muchos insumos y energía. Es difícil en parches muy aislados. Sin embargo, las técnicas de nucleación plantean un nuevo enfoque para poder regenerar bosques adaptados a un clima cambiante.
Comparación entre un bosque natural (izquierda) y una plantación comercial de pino. Foto: Aníbal Ramírez.