Los árboles son el esqueleto de los bosques. Regulan el microclima, por lo que disminuyen la temperatura del suelo, incrementan la humedad y favorecen la germinación de las semillas. Son fuente de alimento y microhábitat para aves, insectos, anfibios, reptiles y mamíferos.

Las raíces de los árboles contribuyen a la recarga de manantiales y ayudan a evitar la erosión del suelo y los deslaves.

Conservamos y reintroducimos árboles que están amenazados o en peligro de extinción y otros son útiles en la recuperación los manantiales.

Tú puedes ser parte de este esfuerzo: ¡compra un árbol!

Algunos ejemplos son:

higuera, zopilote, ixpepe, cornus, liquidámbar, marangola, encino, olmo, pepinque, arce, pino chamaite, aguacate, haya, jonote, mal hombrillo.

Los arbustos son el segundo estrato del bosque. Son arbolitos de menor porte que tienen un papel muy importante en la parte inferior (sotobosque). La fauna silvestre los utiliza como alimento, refugio o sitio de anidación. Aqui en cuentran semillas y frutos en cantidad.

Reintroducir arbustos en los bosques es una manera de mejorar su calidad ecológica. Un estrato de arbustos incrementa las posibilidades de retención de suelo y de infiltración hídrica. Los arbustos también son usados por las comunidades rurales como fibra, medicina o alimento.

Tú puedes ayudar a reintroducirlos comprando un arbusto.

Algunas de las especies son: berenjena, zapote blanco, madroño, capulín de mayo, tepejilote, cerilla, pipipzo.